martes, 4 de diciembre de 2012

Navidad


Los blogs, las casas, las calles, las noticias…en definitiva la vida se va llenando de navidad.

imágenes tomadas de aquí
Mientras en casa seguimos sin subir del garaje las cajas donde guardamos todos los adornos para decorar durante estas fiestas (no es pereza, en casa nos ENCANTA la navidad, si lo sé , cada vez es más una fiesta consumista que religiosa pero para una alegría que nos podemos dar; decorando, pensando, haciendo regalos… ¿Por qué no disfrutar de algo en estos tiempos?)
Lo que ocurre es que de momento no podemos adornar la casa por unas obras que nos tienen que hacer, aunque también caemos en la tentación de comprar algún adorno.


Pero este año siento que hay algo distinto, no sé, pero mientras ayer  caminaba por la c/ Burgos (calle del centro de Santander) en busca de un charm percibía un halo de tristeza entre la gente, sus caras reflejaban cansancio, hostilidad, tristeza... unido a ver las persianas cerradas de varios locales en mi trayecto sentía por primera vez un sentimiento de… no sé si llamarlo pena por el camino a dónde nos dirigimos.
Es más, me hizo acordarme de aquellos finales de los 80 principios de 90 donde la lacra de la droga, etapa más negra que recuerdo de toda mi existencia, se hacía patente en las calles llegando incluso a  recordar esos tiempos con nostalgia, creo que se debe a que en ese momento no veía las cosas desde un lado tan adulto, racional… donde todavía estaban muchas personas que hoy en día ya no están y donde me sentía más  protegida.
Durante ese corto tiempo de caminata, las imágenes y sonidos que iban llenando mi cabeza (gente pidiendo, establecimientos cerrados, las palabras de mi hermana contándome que hay compañeras que están a favor de que echen a dos, tres o las que hagan falta antes de cualquier otra alternativa, las últimas noticias del telediario… todo ello rodeado del frío invierno que se avecina) caían, como una losa,  sobre mis hombros.
Y  al final, mi conclusión, después del paseo, porque no encontré lo que buscaba, es que PODEMOS cambiar esta situación sin las grandes consecuencias que estamos teniendo, eso sí siempre que  TODOS arrimemos el hombro. Y lo mismo que nos exigen a los de abajo, a los más débiles se la apliquen los de arriba, los más poderosos.
Pero supongo que mi conclusión no servirá para nada, que seguiremos cayendo en el abismo  pero mientras esto sucede os recomiendo para esa tarde de melancolía, soledad,  reflexión… ver /leer  la obra de Charles Dickens “Tiempos difíciles”. Seguro no os defraudará. Y sentiréis  que siempre hay esperanza en el ser humano.

Saludos


4 comentarios:

Entre puntadas e hilos dijo...

Claro que hay esperanza, me niego a pensar otra cosa. No pienso permitir que me la quite nada ni nadie. Sea o no Navidad, te gusten o no estas fiestas... hay que seguir creyendo, luchando para que vengan tiempos mejores. Para nosotros y para los que vienen detrás.

Yayi dijo...

Yo estoy contigo, y no pierdo la esperanza de que esto cambie a mejor, aunque también sé que los más poderosos no se van a quitar nada. Ya sabes eso de: "el que más tiene, más quiere". Desgraciadamente es así, pero con todo y con eso, sé que todo tiene un límite y, esto va a cambiar.
Que tengas feliz semana.
Besitos, guapa.

maribi dijo...

Por supuesto que nos queda esperanza, de momento no nos la han recortado... yo soy de la opinión de aunque poco, se pueden hacer cosas, no a nivel global, pero a lo mejor al vecino, y eso es mejorar la situación...pero tenemos que cambiar, exigir a los de arriba y exigirnos a nosotros, nos han creado demasiadas necesidades... gracias por la recomendación literaria, mañana la busco en la biblioteca... mil besos

Inés dijo...

Adoro la Navidad!!!!! Nunca la he sentido religiosa, siempre festiva.
quienes más pueden son los de arriba porque siguen siendo los que menos se esfuerzan.
Siguen viajando en 1ª, cobrando dietas astronómicas ....
En Navidad tiro la casa por la ventana de acuerdo con mis posibilidades jajajajajaja

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