martes, 1 de enero de 2013

2013

El 2013 ya está aquí y ha venido cargado de ideas, esperanzas, alegrías que espero que duren todo el año.
Lo primero es que aún sin haber terminado todos los Sal, que tengo empezado, estoy con la idea de empezar otro nuevo, si lo sé, ¿otro? pero es que desde el año pasado estoy con ganas de hacerlo, ya tengo pensado su acabado así que a partir del 28 de enero y en sustitución de Sal Snapertime, que tengo que terminar, haré las casas mensuales de CCN, "Cottage of the month", estas.
Ya sabéis si queréis hacerlo conmigo sólo tenéis que publicar vuestros avances todos los 28 de cada mes y avisarme de vuestros avances en mis publicaciones. No hay plazos de nada solo ganas de bordar juntas.
El primero es esta casa

lo haré en lugana blanco roto y así da por terminado mi experiencia con ella, ya que este año quiero dar el salto definitivo a lino aunque debo agotar existencias.

Y aunque hoy, no es miércoles de ¿existen en España? que mejor que un desvarío para comenzar el año nuevo.
Hace unos días mientras cosía a máquina y con la tele de fondo oía unos comentarios de un programa mañanero donde hablaban de las razones por las que la Reina viajaba a Londres para hacer sus compras y entre ellas comentaban que en la ciudad inglesa la atención era mucho mejor que la que tenemos por aquí y aunque me duela y sin conocer la atención que se da por otros lugares hace unos días lo comprobé.
Estaba haciendo unas compras por una de las tiendas satélites en un centro comercial y cuando estábamos pagando, mi acompañante y yo, pudimos comprobar como la dependienta durante todo el tiempo que nos estuvo atendiendo no fue capaz de mirarnos a los ojos, bueno ni a la cara.
Muchos podéis decir que no es lo mismo en las tiendas del pequeño comercio que es donde se nos invita a comprar en estas fechas pero ayer por la mañana pude comprobar que da igual comprar en una tienda, en un centro comercial o en hiper. Los dependientes de hoy en día, salvo excepciones, parecen enfadados.
Igual es algo de la sociedad pero... esto hace que cada día uno tenga más y más ganas de comprar por internet y abandonar la idea de relacionarse, y esto lo dice una persona que no la gusta que la persigan continuamente pero cuando uno pide ayuda quiere encontrarse a una persona atenta, que incluso le sugiera.
Ayer mientras hacía mis últimas compras navideñas tuve distintas experiencias, primero entre en una librería iba a por un libro concreto que no encontré pero que pronto lo sustituí. Así que después de eso me puse a mirar los libros, me encanta esa sensación de mirar y mirar libros, aunque no compre ninguno. Y en una de esas miradas...zas! me di de lleno con un libro de Dickens, y entonces pensé "¿será el destino? con las ganas que tienes de leer un par de sus obras y que el primer libro en que te hayas fijado sea de él".
Así que lo saque de la estantería y me puse a ojearlo... en ese momento me doy cuenta de que es una versión infantil por lo que busco otro y me encuentro con una versión juvenil en otro vistazo, por lo que ya segura de que era el momento de caer en la tentación pasa una de las dependientas y se me ocurre preguntarle... y es entonces cuando compruebo lo que comentaban en el programa.
La conversación comenzó así; Hola! ¿me puede ayudar?; si claro, que desea; pues andaba buscando un libro de Dickens que contenga varias obras; ¿varias obras?, eso es imposible!, sabe que las obras de Dickens son enormes; ehhh!!.. bueno... sí, claro. Me refiero a un libro especial, no el clásico; ¿eh?; (y mi cerebro, empezó a rayarse... T habla en condiciones y di edición de lujo, edición especial, di algo!! no te quedes atontada) al final medio explico que hace unos meses había visto en esa librería un libro especial, aunque reconozco aquí que lo había visto en la competencia.
Resumiendo, ya nos empezamos a entender y me dice que no que ya no tienen esa edición y que lo único que tienen son estos otros de Dickens para "adultos". Al final me lleve dos libros de Dickens más el que había ido a comprar pero sentí que no había tenido "esa atención especial" que uno espera auqnue reconozco que no me atendieron tan mal como en la tienda satélite.
Después de esta experiencia continué con mis compras, ahora llego una zapatería donde fue todo genial, las chicas supersimpáticas, y el final del trayecto fue una mercería del centro de mi ciudad, a la cual ya entro en alerta. Vale, que yo no soy la alegría de la huerta pero entrar y ver a una persona a la que parece que le debes dinero no te dan muchas ganas de comprar pero sabes que necesitas esa cinta y que en tus mercerías habituales no las encuentra hace que esa viaje sea una experiencia paranormal.
Aprovecho que detrás mío entra una chica y me hago la sueca, y mientras mi cerebro se relaja empiezo a oir, "¿Que desea?, desea algo..." y yo a mi bola, dando la espalda al mostrador, hasta que después de unos "que desea", me doy cuenta que me habla a mí; ¿eh?, es a mí...; si, ¿que quiere?; estaba ojeando las revista; ¿que va a comprar?; en esos segundos mi cerebro se ha puesto en alerta otra vez y ya con desgana dejo de pensar en posible compras y vuelvo a la realidad y pido la cinta; son 5 €. Se los doy y me voy con peor sensación que con la entre.
Entre con ganas de comprar además de la cinta algún libro de manualidades que me llamará la atención pero me fui con ganas de no volver más. Aunque seguro que tendré que volver. Es lo que tiene las ciudades pequeñas que sólo hay cuatro sitios y lo poco que encuentras es feo y caro pero no te queda más remedio que seguir comprando.
Al final de la jornada de compras me queda la sensación de "tenían razón los tertulianos", aun doliéndome en el orgullo patrio.

saludos


4 comentarios:

maribi dijo...

cuánta razón tienes! hay cada uno... yo llevo un tiempo no comprando ( salvo necesidad ) en tiendas donde no me traten bien... y recomendando las que se lo curran, porque al final su trabajo es ése, igual que los demás en el nuestro... ais, pero irse a Londres? ... te deseo que el 2013 se llene de proyectos... mil besos

Las manualidades de Esther dijo...

Hola!!

Te doy completamente la razón! Justo el otro día lo estaba comentando con mi novio y es que ahora casi tienes que pedir perdón por preguntar a una dependienta. Antes entrabas en las tiendas y siempre te recibían con una sonrisa y te ayudaban todo lo que podían. Pero claro, antes si hacías que la empresa ganara dinero, la empresa te recompensaba por ello, ya fuera con bonificaciones o con descuentos en la propia tienda. Hoy en día no te dan ni las gracias, y además trabajas por una mierda de sueldo. Así, qué motivación vas a tener??

Espero que las empresas se den cuenta algún día de esto y vuelvan a su política, casi familiar, de antes.

Estoy deseando ver el nuevo SAL.

Bsos!

Cristina dijo...

Siempre he dicho que los de santander somos bastante secos, pero estas navidades estuve en la tierruca comprando algunos regalos para Reyes y me quedé MUY gratamente sorprendida por la educación y simpatía, tanto de los dependientes como de los clientes, sería suerte ^^
Cuando trabajaba de cara al público siempre, siempre miraba a la cara a los clientes, sonreía, saludaba y daba las gracias... ¿qué menos, no?
Besotes!
(No creo que te siga en este SAL.. ¡demasiadas casitas!)

Inés dijo...

Qué tentación!!!!! No tengo todos los meses, alguno me falta.
Yo había pensado hacer 12 meses de Lizzie Kate para otro futuro proyecto.
En cuanto a ir de compras????? Me estoy haciendo mayor!!!! jajajajajaja
Ni grandes superficies ni pequeño comercio, ni franquicia ni tienda de toda la vida, encima de que nos cuesta la pasta nos llevamos una desazón. Ya ni las compras nos alivian el estrés o la depre, volvemos peor.

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